A eso que llaman invierno,

Debo decir que me fascinan las mañanas de invierno como esta. Los colores del amanecer.
Miro al horizonte; un mar de esperanzas. Empieza un nuevo día.
Las nubes rosas del Olimpo esconden tras ellas nuestra estrella favorita, la más grande.
Una nube más pequeña que las demás, anda perdida, en lo alto del cielo. Más tarde crecerá y bajara para flotar junto a las demás.
Es época de pájaros migratorios. Como ya sabéis, migran al sur en grupos de diez.
Parece que van a nuestro ritmo pero al cabo de unos segundos se quedan atrás. O quizás los dejamos atrás.
En la radio, de repente, oigo esa palabra tan actual "crisis". Es un debate. Normalmente me interesan pero hoy no, hoy solo me interesa el exterior. Ver el mundo por qué tal y como lo dice esa canción, la vida entera solo dura un rato.
El sol sale de su escondite. Vuelvo a la realidad. Estamos a viernes y son las 8:19 am.
Y entonces pasamos por el mismo sitio, la misma curva de todas las mañanas en la que el sol me ciega.

Que la vida se nos va, como el humo de ese tren, como un beso en un portal, antes de que cuente diez.